Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1861-1862 (Cortes de 1858 a 1863)
Sesión: 3 de junio de 1862
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 134, 2. 675, 2.676
Tema: Prórroga para la terminación de varios ferrocarriles. Madrid a Zaragoza

El Sr. SAGASTA: Empiezo por agradecer al Sr. Ministro de Fomento la deferencia y la cortesanía con que ayer me trató; y yo en correspondencia a esta deferencia y cortesanía de S.S., diré que no me pesa que cuente con muchos y buenos amigos, y que en ello tengo una satisfacción, pues me honro mucho contándome como uno de ellos. Pero sino me pesa, y si por el contrario me he alegrado de que S.S. tenga muchos y buenos amigos particulares, siento que tenga muchos y buenos amigos políticos, al menos mientras se cubran con ese, no diré manto, no quiero decir manto, sino con la remendada capa de la unión liberal. Y en último caso, si yo sintiera ver rodeado a S.S. de muchos buenos amigos, debe agradecérmelo, porque bien sabe S.S. que el exceso de cariño es siempre celoso.

S.S. suponía que yo había dicho que la resolución adoptada en la transacción habida entre el Gobierno y la comisión no resolvía nada. No dije eso; lo que dije era que sin resolver nada favorable para Zaragoza, perjudicaba grandemente a una gran parte de la nación; porque el argumento que yo hacía era claro; yo decía: mientras los Diputados por Zaragoza pretendían que las dos líneas fueran independientemente la una de la otra a morir a Zaragoza, estaban en su derecho defendiendo un beneficio para Zaragoza y hasta cierto punto, aunque eso no sea muy laudable, les era permitido, atendido a que por beneficiar a aquella parte de la nación que uno representa, perjudique al resto de ella hasta cierto punto. Pero no comprendo que sin beneficiar a Zaragoza se perjudique a una gran parte de España.

Y en ese sentido decía yo: pues si no conseguís nada para Zaragoza con esa transacción, ¿por qué la habéis adoptado? ¿Por qué no habéis sostenido vuestra opinión, o habéis ido a Alagón? Así es que con la resolución adoptada por el Gobierno y la comisión no conseguís nada para Zaragoza, y sí mucho perjudicial para el resto de España.

Pero prescindiendo de lo que dijo el Sr. Ministro de Fomento, porque como hace bastantes horas, ya no lo recuerdo bien, voy a ocuparme de lo que han dicho dos Representantes de Zaragoza, los Sres Sancho y de Pedro.

El Sr. Sancho me suponía intenciones al combatir yo el art. 2.º, intenciones que yo no tengo. Creía S.S. que yo me dejaba llevar del deseo que tengo de la realización de no sé qué pensamiento, y a este propósito nos decía: " yo sé por qué el Sr. Sagasta quiere que vayan a morir las dos [2.675] líneas a Zaragoza, porque yendo a morir las dos líneas a Zaragoza sería más fácil la construcción de una línea que desea el Sr. Sagasta. " Éste creo que fue el pensamiento del Sr. Sancho; y esto me recuerda también otra suposición que hizo el Sr. Ministro de Fomento, diciendo que yo encubría mi pensamiento, que yo había tenido cuidado de ocultar, y que ese pensamiento, de llevarse a cabo, no sería favorable a Zaragoza.

Pues bien: el pensamiento que yo tenía lo dije claro, y lo repetiré ahora. Yo defiendo, lo creo conveniente a los intereses del país, que de no ir a Zaragoza las dos líneas independientes la una de la otra, empalme la línea en Alagón, porque de esta manera, sin perjuicio ninguno de Zaragoza, se benefician en 18 Kilómetros a la Rioja, Navarra, provincias Vascongadas y el comercio con el vecino imperio.

Este era mi pensamiento; lo dije clara y explícitamente, y lo vuelvo a repetir ahora. No sé por qué el Sr. Ministro suponía que yo tenía una segunda idea que no había manifestado; yo no tengo más idea que ésta; lo dije varias veces, que si iba a empalmar la línea en las Casetas, no resultaría más que un beneficio de 800 metros; y añadí, poniendo por ejemplo una distancia como desde la Puerta del Sol al Ministerio de la Guerra, un beneficio de 800 metros en 360 kilómetros, y que en cambio, empalmando en Alagón, resultaría un beneficio para una gran parte de España de 18 kilómetros. Éste fue mi argumento indestructible y que no se puede contestar: si esto es verdad, no comprendo cómo se quiere que el empalme sea en las Casetas, y no en Alagón; comprendo que los Diputados de Zaragoza quieran que no haya empalme en ninguna parte, sino que vayan las dos líneas a Zaragoza; pero de no ir a Zaragoza, no comprendo cómo se quiere eso.

Pero decía el Sr. Sancho:" El Sr. Sagasta dice que no se ha adelantado nada, que Zaragoza no ha adelantado nada; " y orgulloso sin duda con la gran batalla que había ganado, decía:" Pues hemos adelantado mucho, porque hemos conseguido que los trenes de mercancías y viajeros puedan ir de Pamplona directamente a Zaragoza, como de Zaragoza a Madrid, y puedan ir de Madrid a Zaragoza directamente, y de Pamplona a Madrid. " Pues yo le digo al Sr. Sancho que esto estaba convenido; eso mismo habían ofrecido las empresas hace más de un año al Ministerio de Fomento. Y yo pregunto al Sr. Sancho: ¿qué han conseguido los Diputados por Zaragoza? Nada; han conseguido mucho en contra de Zaragoza, porque ahora queda como dudoso, depende de la voluntad de la empresa lo que antes era seguro. De suerte, la única ventaja que cree el Sr. Sancho ha conseguido, hace dudoso lo que antes era seguro.

Esto es lo que han conseguido S.S. y los Diputados que le han apoyado; y si no, que me conteste: ¿no es verdad que las empresas se habían convenido en considerar el trozo desde Alagón a Zaragoza como común a las dos? ¿No es verdad que se habían convenido en reconocer ese trozo como de ambos, y poner trenes cada una cuando lo tuvieran por conveniente? La verdad es que con ese convenio los trenes que salieran de Pamplona irían directamente a Zaragoza, como los trenes de Madrid irían directamente a Zaragoza, y los trenes que saliesen de Zaragoza irían directamente a Pamplona y a Madrid.

Pues entonces ¿qué han conseguido los Diputados por Zaragoza? Nada, sino que sea dudoso lo que antes era seguro.

Han dicho también los Sres. Diputados por Aragón que se ha autorizado a la compañía para hacer un camino; y yo digo que lo hará, o no lo hará, mientras que antes, con las dos empresas estaban de acuerdo, se hubieran hecho dos vías, con las cuales se satisfacían los deseos de todos.

Que se han hecho eco de Zaragoza. Podrá ser cierto; pero yo creo que Zaragoza lo que venía pidiendo hace cinco años lo tenía conseguido, y que ahora ha quedado peor que antes, pues no obstante haberse dado la batalla y haber quedado al parecer dueña del campo, no ha conseguido más ventajas de las que esas compañías le hubieran proporcionado haciendo que el empalme fuese a tan corta distancia.

Se ha dicho también que yo he atacado al art. 2.º porque tenía cierto compromiso. Señores, yo no tenía compromiso alguno especial con la diputación de Logroño. Lo tenía si se quiere como lo tengo con todos los pueblos de Navarra y los de Rioja; lo tengo en interés del tráfico y del comercio en general que hacen la mayor parte de los pueblos de la Monarquía con el vecino imperio. Yo siempre adquiero el compromiso de defender los intereses que creo lastimados.

Tal como se ha resuelto la cuestión, repito que se ha resuelto de la manera más desfavorable para Zaragoza y para una gran parte de las provincias de España.

También se me ha dirigido la acusación de que yo suponía ser más digno que los Sres. Diputados de Aragón. S.S. en esto se ha equivocado; creo igualmente dignos a todos; creo que todos cumplen con su obligación de defender los intereses generales del Estado, y muy especialmente los de las provincias que representan. Yo he visto a los Diputados por Aragón trabajar con perseverancia, y les felicito por ello; yo reconozco su buena fe; pero en esta ocasión, permítanme que les diga que se han equivocado, que se han dejado engañar, que se han alucinado sin duda, porque han admitido una modificación que sin favorecer nada a Zaragoza, perjudica mucho a otras provincias.



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